El niño que no quiere crecer.
Es difícil de creer que Charlie Sheen vaya a protagonizar otro programa de televisión. Es difícil de creer que esto ocurra apenas un año después de su despido de la popular y lucrativa serie "Dos hombres y medio".
Sheen pasó semanas apareciendo en entrevistas televisivas con aspecto de marioneta fantasmal, lanzando muletillas como "Sangre de tigre" y "Ganando". Luego de eso se fue de gira con el tren descarrillado que era su espectáculo unipersonal en vivo. Y es difícil de creer que después de todo eso un canal de cable, un estudio y una empresa de contenidos televisivos sindicados sintieron que lo mejor que se podía hacer era ponerlo rápidamente al aire, tan rápido como fuera posible. Es difícil de creer que Charlie Sheen todavía esté vivo.
Y con todo, ahí estaba, con aspecto vigoroso, ojos salvajes y descansando tranquilo debajo de una carpa, fuera del estudio remoto donde filma Anger management (Control de ira), su nueva serie en el canal FX. Y acaba de cerrar un día entero de trabajo que liquidaba el décimo capítulo.
No había estrellas porno ni paparazzi a su alrededor en esta fría mañana, solo Sheen, de 46, fumando junto a su publicista, Larry Solters, su gestor de redes sociales y compañero de parrandas, Bob Maron, su sobrino Taylor Estevez (hijo de 27 años de Emilio Estevez).
En el cercano ómnibus de gira, decorado con dibujos de pavos hechos por su hijo, un festivo Sheen reparte vasos de whisky Macallan. Luego, afuera, dio un libre discurso sobre su entrenamiento de artes marciales para la película Loca academia de pilotos 2, también sobre por qué se considera un apostador y por qué, a pesar de su historia de abuso de drogas, rehabilitación y colapsos, no necesita darle a sus empleadores ninguna garantía de su salud.
"No deberían haberme contratado" dice entre risas, repitiendo la frase y maldiciendo para hacer énfasis. "Sabían lo que iban a conseguir. Y saben que no siempre será un paseo tranquilo en bote".
Hay varias razones por las que Sheen debe querer que Anger management, que en Estados Unidos comienza a ser emitida el 28 de este mes, tenga éxito sin problemas. Y no es solamente porque él sea propietario de parte del programa. Es su oportunidad de restaurar su legado tras su problemática salida de Dos hombres y medio; es su última chance, si es que el nuevo programa resulta ser, como él dice, el canto del cisne para su carrera actoral.
Pero hay una impredecible e inquieta energía alrededor de Sheen durante un breve lapso; nunca podés estar seguro si sos su nuevo mejor amigo, su público o su rehén. La experiencia es como estar en aquel pueblo lejano al que su padre, Martin Sheen, llega en Apocalypse now, donde un loco gobierna sobre un grupo de seguidores que lo adoran sin cuestionamientos. Todos alrededor de Charlie Sheen escuchan lo que tiene que decir. ¿A quién escucha él?
"Las voces, hombre, las voces", dice. "No, es una broma". Se ríe y sus compañeros saben que es mejor que hagan lo mismo o pueden ser corneados como un alce.
Esta jornada laboral fue destacable para Sheen porque se dio sin nada destacable, como cualquier otra comedia que se filme en la ciudad. Llegó a las 9.30 de la mañana vistiendo una remera y una gorra de baseball con el dibujo de la mascota de Psychopathic Records, y así se unió a sus compañeros de reparto para leer el guión. Tras doce horas filmó seis o siete escenas, todas centradas en su personaje, Charlie Goodson (Charlie Buenhijo) y algunas de ellas frente a Martin Sheen, quien participa como invitado interpretando a su padre.
Anger management adapta vagamente la película de 2003 con Adam Sandler y Jack Nicholson. Tiene a Sheen como un basebalista que alguna vez prometía una gran carrera y que por haber querido romper un bate con su pierna en medio de un enojo, se rompió la rodilla, cosa que lo dejó sin carrera. Ahora trabaja como terapeuta, aconsejando a un desbandado grupo de pacientes al mismo tiempo que intenta mantener una relación sana con su exesposa (Shawnee Smith) y con su hija adolescente (Daniela Bobadilla). Y ocasionalmente intima con su propia terapeuta (Selma Blair).
Sheen ha dicho que para él lo importante de esta serie era que incluyera "el tema del desagravio". Su personaje "decepcionó a un montón de gente", cuenta. "Mucha gente apostaba por él y él terminó su carrera con su ira".
Y Sheen sabe que hay mucho de lo que desagraviarse. En un lapso de quince meses fue arrestado por agredir a su esposa, fue expulsado del lujoso hotel por lo que su publicista describió como "una brutal reacción alérgica a cierta medicación" y fue despedido en marzo de 2011 de Dos hombres y medio, serie en la que había sido estrella desde 2003. Su despido fue precedido por varias semanas de enfren- tamientos con Chuck Lorre, cocreador de la comedia, y terminó con una decla-ración de los estudios Warner Television que afirmaba que su conducta se había vuelto "peligrosamente autodestructiva".
Si uno escucha a Sheen y sus amigos contar la historia (ni la CBS ni Warner quisieron hablar para esta nota) la relación entre él y Lorre se desintegró porque el productor no le quería permitir aportes creativos en Dos hombres y medio (mientras que a Ashton Kutcher, su reemplazo en la serie, se le ha dado crédito como coautor del guión de un episodio).
Cuando se le pregunta qué hará tras esta serie, dice que sería sencillo alejarse de la actuación y que incluso sería más fácil vivir del estatus de celebridad que él no percibe. "Aquí dentro", dice, "sin importar qué persona parezco, soy todavía el niño de siete años al fondo de la clase, temeroso de levantar la mano. No quiero que esto (nada de esto) extinga ese niño, porque puede, y me niego a crecer".
Un intento por reivindicarse en público
"Alguien quiere continuar existiendo, quiere perseguir creativamente su profesión, quiere crecer tanto en lo creativo como en lo personal", comentó John Landgraf, presidente del canal FX, que financia y emitirá la serie. Encontrar actores que quisieran aparecer con Sheen en Anger management no fue un desafío, por otra parte.
Smith, su coprotagonista, dijo que vivía en "un agujero con tres hijos" y que no sabía de las desventuras del actor en el momento en que se presentó al casting. Recordó que cuando vio a Sheen rezó para que se le cumpliera el trabajo y pudiese entrar a la serie. Blair, quien en julio dio a luz a su primer hijo, contó que al estar embarazada durante los problemas de Sheen, estaba en su propio mundo. "Para mí fue un gran estudio en el arte de la actuación", contó.
No sorprendería a nadie si Sheen no puede cumplir con su promesa (de reivindicarse ante el mundo), pero su interacción con Taylor Estevez, su sobrino, casi hace que parezca posible. Estevez se sentó en silencio casi toda la entrevista pero Sheen intentó varias veces meterlo en la conversación, provocándolo y actuando para él un detallado cuadro a cuadro de Sorcerer, un thriller de 1977 dirigido por William Friedkin que se cuenta entre uno de sus filmes favoritos. "Todos tienen derecho a su vida" le dijo a Sheen. "Todos son diferentes y también iguales. Pero especialmente no sos el mismo".
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